Le sigue Es Molí de Sal, interior y terraza, con un concepto más clásico y muy buena cocina, fresquito y sin arena. Justo después El Tiburón. Le sigue nuevo y fresco Beso Beach, más joven, relajado. Comer con los pies en la arena fresquita es toda una sensación, también con caras conocidas y alguna que otra sorpresa internacional. Su carta es deliciosa, mezcla de cocina mediterránea y vasca y con mucho producto del mar. Casi llegando al puerto de La Savina encontraréis el restaurante Sa Sequí, el último ya de la playa.
Después de comer ponemos rumbo a Cala Saona, al igual que Illetas está orientada al oeste, por lo tanto con más sol. La navegación es muy bonita, contemplando la escarpada costa durante la travesía hasta llegar a una de las aguas más turquesas de toda Formentera. Aquí hay más profundidad y aún así se puede ver el fondo con total nitidez. En esta zona suele haber menor concentración de barcos que en Illetas.
Si decidís comer en Cala Saona, en lugar de en Illetas, tenéis varias opciones en la Playa de Cala Saona, como el Restaurante Sol, más cerca de la orilla, el Restaurante Sol Post del Hotel Cala Saona, y el Chacala. Según el tiempo del que dispongáis podéis fondear de nuevo en playa de Illetas y tomar unos Mojitos en Beso Beach si no pudisteis comer aquí; el ambiente de la tarde es sensacional. Si decidís apurar más Cala Saona, podéis volver directamente al puerto de Ibiza y ver una maravillosa puesta de sol navegando, con Es Vedrá al Fondo.